Salario Mínimo: Modesta Propuesta y un Pago Justo
Este junio, los votantes de San Diego tendrán la oportunidad de aumentar el salario mínimo de la ciudad para mantenerlo al nivel de la inflación y de los costos de vida. El tema tiene dividido a los candidatos para el Consejo de la Ciudad, y los argumentos a favor y en contra del aumento hacen referencia a los argumentos originales que planteó el primer salario mínimo.
En Mayo de 1937, el Presidente Roosevelt propuso un salario mínimo federal que estableciera un “pago justo por una justa jornada laboral.” En ese entonces, los sueldos eran tan bajos como 10 centavos por hora y un tercio de la población vivía en estado de pobreza.
Tras casi 80 años, las familias se encuentran batallando nuevamente, especialmente en San Diego, ciudad que se ha convertido en la menos económicamente accesible en el país debido a que el ingreso no ha avanzado al mismo paso que los costos de vida. El salario mínimo en San Diego es actualmente $10 dólares la hora, pero un tercio de la población tiene dificultad para llegar a fin de mes.
La Propuesta I, que estará en la boleta del 7 de junio, aumentaría el salario mínimo a $10.50 un día después de las elecciones, y posteriormente a $11.50 el 1 de enero. A pesar de que el aumento estatal superaría al aumento local en 2019, la Propuesta I daría un alivio inmediato a un estimado de 170,000 trabajadores, permitiéndoles tener un ingreso superior que cubra sus costos de vida. También otorgaría a los trabajadores cinco días por enfermedad.
Cuando el Presidente Roosevelt propuso un salario mínimo, los empresarios se opusieron, afirmando que el mercado es quien debe establecer el salario. Uno de los principales opositores al aumento del salario mínimo en junio es Scott Sherman, candidato a Concejal de la Ciudad, quien hizo eco de estas objeciones. Sherman aseguró, “No creo en el poder del gobierno para mejorar tu calidad de vida,” declaración que ha llevado a muchos votantes a cuestionar sus motivos de aspirar a un cargo público.
Poniendo su fe en el mercado por sobre el gobierno, Sherman mantiene: “No está en nosotros el decidir cual es tu valor. Tu debes de demostrar cuánto es lo que vales.” Ese puede ser un argumento difícil de escuchar para los trabajadores de San Diego que día a día demuestran su valor, ocho horas al día, cinco días a la semana y continúan ganando tan sólo el salario mínimo, que equivale a poco más de $20,000 dólares al año o $400 a la semana.
Justin DeCesare, el candidato a concejal que está retando a Sherman, no está de acuerdo. “Apoyo completamente el aumentar el salario mínimo,” dijo Sherman. “Es hora de que nos demos cuenta que una mano de obra fuerte y bien remunerada es la mejor forma de mantener a nuestra creciente población en prosperidad.”
En junio, la pregunta para los votantes de San Diego sería si es el gobierno o el mercado quien debe determinar la base para los salarios. Si fuera decisión de DeCesare, sería el gobierno, pero si fuera por Sherman, lo haría el mercado.
Si usamos la historia como guía, es importante mencionar que las preocupaciones del mercado llevaron al Congreso a analizar la propuesta del Presidente Roosevelt, la cual fue aprobada en 1938 creando el primer salario mínimo federal, de 20 centavos la hora (15 centavos más de lo que muchos trabajadores estaban ganando). Los autores del salario mínimo creían que, en ausencia de una ley, la competencia entre las empresas provocaría un recorte de salarios que llevaría a su vez a la explotación de los trabajadores, dejándolos sin posibilidades de una vida digna.
Al igual que ahora, los opositores de 1938 argumentaron que un aumento en los salarios mínimos afectarían el mercado, provocando la eliminación de empleos. Aseguraron que la prosperidad económica del país dependía de los negocios, quienes se verían en apuros para generar empleos si se veían restringidos con mandatos gubernamentales. Pero la historia demostró que estaban equivocados. El salario mínimo establecido ayudó a millones de familias a salir de la pobreza, y la clase media creció gracias a que los trabajadores ganaban más y gastaban más, aumentando el crecimiento económico.
Recientemente, varias ciudades en el país han aumentado el salario mínimo y han visto crecimiento en su economía sin notar un impacto en el empleo. Las ciudades como Los Ángeles, Oakland y San Francisco ya aumentaron el salario mínimo, y ahora activistas como el DeCesare, candidato al Concejo Municipal, quieren hacer lo mismo en San Diego.
“Los aumentos que tendrá cada familia en lo individual gracias a este incremento, regresarán automáticamente a la economía local” dijo DeCesare.
El 7 de Junio, los votantes tendrán la decisión final sobre si desean darle un aumento a los ciudadanos de San Diego. Click aquí para leer el texto completo de la Propuesta I (en inglés).